20 de julio de 2006

Cuando algo va mal...

Las relaciones entre chicos y chicas son complicadas. Esto es así, ha sido y probablemente será.

Tenemos entre nosotros diferentes aficiones y diferentes formas de considerar la vida, pero más aún se aprecian estas diferencias, cuando se compara entre sujetos de distinto sexo.

En próximos post, valoraremos las relaciones entre chicos y entre chicas por separado, aunque seguramente no encontremos nada que no sepamos ya de antemano.

Pero... volvamos al tema que se planteaba en un principio y que está basada en conversaciones reales con gente real.

Una pareja, pasa por diversas etapas: Unas buenas, unas regulares y unas, porque no tambien decirlo, malas. Es en estas últimas, cuando las diferencias se hacen más patentes, en según que sexo se trate.

ELLAS: Cuando ellas están a disgusto con sus parejas, terminan por dejarlas. No esperan a que aparezca una tercera persona que les ayude a decidirse. No les asusta la soledad que pueda derivarse. No temen pasar el domingo por la tarde solas, o ir al cine acompañadas únicamente por los extraños de las butacas próximas.

ELLOS: Cuando están a disgusto con sus parejas, procuran pasar más ratos con los amigos, y de este modo envían señales a su pareja, para que sea ella la que tome la decisión final. Les asusta la soledad de una tarde cualquiera, cuando no hay por el medio las cervecitas de los colegas. Quizas necesiten saber que alguien más que su madre se preocupa por ellos. Resumiendo: Los chicos no dejan su decadente relación, hasta que no tienen una nueva y floreciente en la retaguardia.

Por supuesto... siempre hay excepciones, como en todas las cosas.

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