17 de noviembre de 2006

Palabras más.. palabras menos.

Son las palabras, instrumentos de precisión, que, como el bisturí en manos de un médico inexperto, puede causar un daño irreparable.

Palabras, como flechas envenenadas, directas a clavarse en tu corazón, y astillar tu autoestima y emoción.

Son las palabras, dulces de azúcar y algodón, que permiten acoger con suavidad una caída, arroparte en las noches de frío, tranquilizar las manos temblorosas, dar luz cuando la oscuridad es total.

Ya en el vientre de la madre, son las palabras, nuestro primer contacto con el mundo exterior, lanzándonos un pulso, transmitiendonos la electricidad del mañana.

Pueden ser las palabras traicioneras de nosotros mismos, hipócritas con nuestros pensamientos y aún así inherentes a nuestro ser.

5 comentarios:

Acus dijo...

Cierto es, que existen imágenes que valen más que mil palabras...,
pero no debemos olvidar, que una palabra es capaz de provocar más de mil sensaciones... Besis Perovsquita.

Perovsquita dijo...

Cierto Acus.

Hay palabras que se graban con fuego en el corazón.

Saludos y feliz fin de semana!!

Anónimo dijo...

Si, pero mejor no fiarse mucho de las palabras y mas de los hechos.
Las palabras son en definitiva sónidos y no pensamientos, hay mucho falso cuyas palabras suenan a Mozart y sus pensamientos son mas bien de Wagner.

Lunarroja dijo...

Deberíamos hacer más caso de las palabras que nos llegan al corazón. Esas que se comportan como caricias y van envueltas de algodón.

Las otras, las del bisturí, mejor anestesiarlas. Alejarlas hasta hacerlas desaparecer.

Perovsquita dijo...

Tienes toda la razón lunarroja.

lo malo es que las que nos hacen daño, se graban con tinta permanente y son difíciles de borrar.

Saludos!