13 de febrero de 2019

¡Adiós mamá!

-Adiós mamá! - se escuchó una dulce vocecita, cuando ya ella se predisponía a salir corriendo por la puerta de casa.

Cerró la puerta, que aún no tenía abierta del todo, y, como un resorte, se dirigió hacia la habitación de donde salía la voz.
Allí, arropadito entre las mantas y las sábanas, con los ojitos cerrados estaba su niño, el tesoro más preciado de su posesión, el aliento de su vida, el oxígeno de sus pulmones, la gasolina de su motor...

Acarició con cariño esa cabecita, mientras colmaba su cara de besos y le susurraba cuánto le quería.
- ¡Yo tambien te quiero mucho mamá!-
Y con esa frase en sus oídos, se dirigió de nuevo a la salida, para comenzar el día, pero en esta ocasión llevando una sonrisa que ningún buen café habría conseguido igual...


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