Ójala pudiera hacer un reset de mi vida, y dejar en blanco el disco duro de mi ser.

Ójala pudiera olvidar todos los recuerdos de mi mente y no sentir el dolor de su presencia.
Ójala pudiera hacerme chiquitita para recorrer todos los rincones de mi subconsciente y sacudir de un plumazo todos los sentimientos amarrados que me hacen perecer.
Ójala pudiera quitarme este disfraz de Peter Pan que me ata a una adolescencia de la que no puedo salir y que me lleva a una vida imaginaria en la que solo vivo yo.
Ójala pudiera desaparecer, evaporarme como el agua y condensarme de nuevo en otro lugar, más lejos de mi mente.
Ójala pudiera encontrar el camino de la felicidad, la senda de las baldosas amarillas que el tiempo pintó de otro color, y que no soy capaz de encontrar.
Ójala pudiera cambiar la percepción que a veces tengo de las cosas.
Ójala pudiera ser una mujer común, de esas que se esconden tras una careta y una vida maquillada con una paleta de gris.
Ójala pudiera disfrutar de vivir.