22 de diciembre de 2006

suerte, suerte, suerte....

Hoy, día por excelencia en que se abre la veda y se permite cazar a los duendecillos de la suerte. Esos que, una vez te tocan, te dejan un aura dorada invisible, que te acompaña parte de tu vida, hasta que de repente el aura desaparece y te dejan solo en la intemperie.

Yo, no se si me he cruzado alguna vez con algún duendecillo. Más bien, podría asegurar que no. Pero... quizás ahora, mientras os escribo, mi duende esté observándome, tentado a darme parte de su gracia.

Por otro lado, los duendes matemáticos, hacen la misma operación con los números. Vierten sobre algunos de ellos un algo especial. Es por eso, que no todos los números salen en el sorteo.

Dentro de un poquito, o tal vez ahora mismo, las bolas del bombo grande estarán girando divertidas, tratando de echarle un pulso a la gravedad, subiendo, bajando, golpeándose entre ellas, para volver a subir, y bajar, hasta que el destino, les vaya dando libertad, y.... alegren el día, a los ilusos que esperamos con el boleto en mano comprobar que el número que tenemos impreso, coincida con aquel que más gritos ha traido consigo.

En fin. Mucha suerte en el día de hoy. Mucha salud para disfrutar, y ... de nuevo felices fiestas.

21 de diciembre de 2006

Por si se me olvida....

En estas dos últimas semanas, se organizan en la mayoría de las empresas comidas y cenas con motivo de la navidad. En unos casos invita la empresa y en otros sale del bolsillo de cada contribuyente. Bueno, en ambos casos sale del bolsillo del mismo, pero eso no es el tema que ahora nos ocupa.

Si teneis ocasión y oportunidad de ir a una de esas comidas en la que la empresa es la que al final de la comida extiende el cheque, podreis comprobar como existe un tipo de personas, que se colocan muy cerca de la mesa y atacan a todo plato con contenido en su interior.

En mi caso, hoy tengo la comida en cuestión, y como aún no conozco a todos mis compañeros, supongo que hoy es una buena ocasión para ver, sobre todo, la posición que ocupan cuando se de el pistoletazo de salida.

Y.. por si se me olvidara mañana..... Espero que paseis unas estupendas y muy felices fiestas de navidad, y entreis el próximo año que bien con buen pie, y con un montón de millones en el bolsillo, porque hayais sido premiados en el sorteo de la lotería de Navidad.

Digo esto porque..... la próxima semana...... VACACIONES!!!!!!!

19 de diciembre de 2006

Manda.... manda guevos!!!!

Desde tiempos inmemoriables, el hombre siempre ha sentido atracción por las posesiones del vecino, ya se tratase de una vaca, de una casa, de un terreno, ó incluso de su mujer,ó marido, llegando incluso a cometer ciertos robos ó infidelidades si se trata del último caso.

Pues bien. ¿A donde quiero llegar?

Ayer, desapareció de mi despacho una caja con 3 o 4 paquetes de folios. ¿Para que los podría querer el que se los llevó sin permiso? Pues.. supongo que querría empapelar a conciencia el cuarto del niño pequeño, o pensó en escribir una carta larguíiiisima a sus majestades los Reyes Magos de Oriente, ó quizás sufría de diarrea y no encontró papel higiénico suficiente, y tuvo que llegar a esta situación.

La verdad es que no entiendo que alguien haga algo así. Si necesitas papel, con llevarte un paquete para tus necesidades, y habiéndolo dicho antes, perfecto, pero así... con nocturnidad y alevosía...

Hace ya algunos días, de la nevera común, alguien se comió unos rollitos de salmón que no eran suyos, y que iban a servir para celebrar el cumpleaños de una de las compañeras del centro.
Esta, cuando fue a sacar los rollitos que había preparado prontíiiisimo esa misma mañana, se quedó de piedra al ver que no existía tal bandeja, rogando al cielo que castigara al culpable con una buena indigestión.

Ahora que me doy cuenta, quizás la indigestión le llegó ayer y por eso lo de los folios.

El caso es que no puedo entender que tus propios compañeros sean capaces de robarte. Está mal, si te roba un extraño, pero peor aún si el que te roba es la persona con la que te cruzas todos los días por el pasillo.

Al parecer, y siguiendo con el tema, incluso del carrito de la limpieza se han sustraído balletas o botellas de detergente. Y si te descuidas, incluso rollos de papel higiénico. (Supongo que hay mucha gente con problemas de diarrea).

Aún en el supuesto caso en que estés económicamente mal y dichas personas lo necesitaran, con pedirlo, estoy segura que se lo darían de mil amores, sin tener que recurrir a tretas tan ruines. ¿No?

15 de diciembre de 2006

Hummmmmm.

Lo que más me gusta por las mañanas, cuando me levanto, es acercarme hasta la cocina para poner el café.

Abrir el tarro que contiene herméticamente el café, disfrutar del aroma que sale buscando nuevos horizontes, y más aún si al introducir la cuchara se remueven los pequeños granitos de café.

Antaño, cuando en mi casa se compraba el café en grano, el olor que se obtenía al molerlo, entraba por la pituitaria, llegando incluso a las papilas gustativas.

El paso siguiente, como ya sabreís, una vez se ha echado el agua en el apartado correspondiente, es, colocar la cafetera a fuego. Desde lo más profundo de la tierra, el fuego confiere a nuestro café su textura líquida dispuesta para ser ingerido.

El agua sube, una vez ha entrado en ebullición y en su camino se entremezcla con los granos de café, dispuestos en su recorrido, para salir al exterior teñida ya de un color oscuro, y vestida de un bello perfume.

El olor se extiende por toda la casa, anunciando la hora de levantarse, como si de un despertador se tratase.

Su sabor amargo, y el calor con que pasa por nuestra garganta, le confieren su esencia especial. Esos minutos de tranquilidad en los que estamos solos ante el día, preparándonos para salir a hacernos un hueco en la selva de la ciudad en la que vivimos.

Hummmmm........... hummmmmm...... mi café.

Disfrutad del fin de semana.

14 de diciembre de 2006

Madrid..... "pa" los madrileños!

Hoy, solo haré una pequeña observación referente a un anuncio de televisión que ultimamente he visto, en el que la Concejalía de Turismo de la Comunidad de Madrid, trata de incitar al resto de pobladores del Reino, a visitar Madrid, tanto la ciudad como el resto de la provincia.

Digo esto de provincia, porque les guste o no a los madrileños, ellos tambien tienen provincia. Y no solo el resto de personas que venimos de ciudades más pequeñas, a las que ellos suelen denominar "Provincias".

Volviendo al tema del anuncio. En este, se suceden bellas imágenes de plazas, palacios, castillos, pueblos con encanto, donde el sol incide en el momento apropiado, las nubes poseen las formas más encantadoras, y en realidad el anuncio consigue que el espectador desee conocer dichos lugares.

¿El problema? Pues bien, en todas las maravillosas fotos que nos muestran con el deseo de encandilar nuestras pupilas, los paisajes, aparecen sin coches, sin bullicio, sin gente, cuando la realidad es bien distinta.
En Madrid, vayas a donde vayas, habrá no se cuantas mil personas que han tenido la misma idea, con lo cual, lo de soñar con una velada tranquila, sin gente ni ruido, queda simplemente para la televisión, cuando le bajas el volumen.

Así que... en una palabra: Madrid.... "pa" los madrileños!!

13 de diciembre de 2006

Están aquíiiiiii...................

A pesar de que ya deberían haberse extinguido, o eso es lo que nos han hecho creer, los ogros, siguen existiendo, y en algunos casos incluso comparten parte de nuestra vida.

Hace muchos, muchos años, acabaron con ellos gracias a ciertas urdicias del sabio que habitaba en la región de los Ogros.

Utilizando el oro de los Nibelungos, fueron capaz de retenerlos en sus guaridas. El oro es algo que encandila a los Ogros, y el contar y acumularlo es uno de sus vicios. De este modo los tuvieron retenidos durante muchos años.

Pero, cuando ya los ogros, cansados de contar sus riquezas decidieron salir de sus cuevas, los entonces pobladores, tuvieron que recurrir al anillo del Nigromante. Gracias a este anillo, pudieron atraer a los ogros y someterles a su voluntad.

Mientras el anillo fue pasando de padres a hijos, el problema se solventó y la paz habitó entre los humanos.
Pero... las discrepancias que fueron creándose en el seno de las familias, fueron debilitando los poderes del anillo, hasta tal punto, que los ogros se hicieron fuertes y lograron salir al exterior. Una vez fuera, el poder del anillo se volvió a su favor, confiriéndoles forma humana, de tal modo que consiguieron mezclarse con los humanos sin problema y logrando así la perpetuación de su especie.

Ahora, pululan a nuestro lado. Ya no se les reconoce por ese acusado olor a azufre, puesto que en su epidermis llevan incluso perfumes de diseño, pero... de cuando en cuando, algún bufido les delata. Tienen los hombros anchos y en ocasiones, para disimular su grotesca voz, la elevan para provocar miedo en aquellos que les rodean. Eso si, sin violencia, en esta ocasión.

Como ya os he dicho, es difícil reconocerlos, pero si estaís cerca de alguno, seguro que terminaís deducciendo su real perfil de ogro. Tratan de someter a todos los que tienen cerca. Quizás pueda ser un compañero de trabajo, un comerciante de algún Centro Comercial, un conductor de algún medio de transporte, ó... vuestro jefe. ¿Porqué no?

12 de diciembre de 2006

y... ¿porqué no?

Oyó ruidos fuera y se encaminó con paso firme y decidido hasta la puerta.

Con el pulso corriendo velozmente por sus venas, trató de alcanzar la llave de la luz, pero... nada cambió. Los plomos se habían vuelto a fundir, y no había luz en casa, puesto que el despertador eléctrico de su mesilla tampoco funcionaba. Así que... no se trataba tan solo de cambiar una bombilla.

Se acercó hasta su escritorio, donde tenía un vela que hacía las veces de ambientador, pero que en esta ocasión serviría como linterna.

Caminó de nuevo hasta la puerta. La abrió, y el chirrido que sonó, hizo que pusiera todos sus sensores en alerta.

Arrastrando las zapatillas, se encaminó por el pasillo, mientras la cera de la vela iba dejando su rastro por el parquet. Ya habría tiempo de limpiarlo. Ahora era el momento de ver quien, ó que cosa estaba provocando esos ruidos, y que parecían provenir del salón.

Cuando acercó su cara hasta el dintel de la puerta, se quedó de piedra al ver tres figurillas moviendose rápidamente sacando y colocando grandes cajas envueltas en papeles de colores, cerca del árbol de navidad que días antes había estado colocando junto con sus padres.

Entonces... eran ciertas esas historias con que habían alimentado su niñez.

Se dió la vuelta y se encaminó hacia su cuarto, tratando de no hacer ni un ruido.

Al llegar a la habitación, el reloj de su mesilla marcaba de nuevo la hora, y cuando apretó el interruptor de la pared, una luz anaranjada inundó la habitación.

5 de diciembre de 2006

El espejo.

Me miro en el espejo, pendiente de cada arruga y cada surco que el tiempo ha ido esculpiendo en mi cara.

Mis ojos parpadean, buscando en mi rostro señales del pasado, marcas del tiempo, muecas de dolor.

Observo mi nariz. Ellas dicen que está torcida. Tanto tiempo juntas y hasta hoy no me había fijado que era así. Antes me gustaba. Ahora, ahora.... ahora ya no se.

Ahora me debato entre mi realidad y la realidad que ellas me han mostrado. Una realidad, que no me gusta.

Prefiero vivir en mi mundo:
Donde las palabras no hieren. Son algodones dispuestos para posibles caídas.
Donde los besos son sentidos y el cariño es verdadero.
Donde la risa y el color es peremne en todas las estaciones.

Feliz largo fin de semana!!!

4 de diciembre de 2006

En el andén.

Retiró sus lágrimas con un pañuelo, cuando el silbato del revisor anunció que el tren iba a tomar la salida. La locomotora, empezó a echar humo y los ejes se empezaron a mover.

Pero... allí se quedó. Con los pies pegados al suelo, mientras veía como el tren empezaba a deslizarse por las vías, y se lo llevaba.

Levantó un brazo para que él fuera capaz de verla, mientras trató de gritar un fuerte "Hasta pronto", pero de su boca no salió nada. Las lágrimas que salieron de sus ojos y el gemido de su pecho acabaron con su grito.

Minutos antes, cuando le había tenido a su lado, le había colmado de besos. Tanto es así, que ya no quedaba ni un solo poro de la piel de aquel, que no llevara su perfume.

Se fijó en que llevaba colgada de una cadena, la pequeña medallita que le había regalado, en la que una foto suya ocupaba el mínimo habitáculo. Ójala que le pudiera ayudar en la lucha, y fuese un repulsivo para las balas. Al menos, esperaba, que ninguna taladrase su corazón.

Se habían amado apasionadamente estos últimos días, sabiendo que tal vez quizás nunca se encontrarían en este mundo, y esperando, porqué no, que una pequeña parte de aquel, se hubiera instalado en su vientre.

La guerra se lo llevaba. La guerra cruel y sangrienta. Se lo llevaba a él, y al futuro que pensaban construir en común. Y ella se quedaba sola. Y no podía parar de llorar, ni moverse de aquel andén.

1 de diciembre de 2006

Hay que joderse...

Despues de lo ñoño de ayer, hoy me voy por otros derroteros, cosas del día a día, de... por que no, esta mañana.

Hoy, no tenía ganas de caminar, y he decidido coger el metro hasta el trabajo.
He tenido suerte y en la parada en la que me he subido había sitio para sentarme, cosa que he hecho. Tenía a mi lado una pequeña, con dos coletitas, y unos ojos muy abiertos y muy grandes.

Siguiendo con la norma de que los mayores tenemos que hacerle monerías a los niños, al sentarme, le he dicho "Holaaaa". (Vamos, que uno cuando se sienta en un bar, ó en un cine, no suele ir diciendo "hola" al resto de la gente que tiene al lado, con la excusa de que es bajito, que tiene dos coletas en el pelo, ó... lo que sea.)

La niña, me ha mirado, abriendo sus grandes ojos, y si os soy sincera, me he sentido idiota, por saludar a alguien a quien no conocía en absoluto.

Volviendo al tema.
Al poquito, la niña se ha levantado y se ha dirigido hacia la que yo supongo que era su mamá, puesto que se bajaban en esa estación.

Y... volviendo a la teoría esa de las monerías, en esta ocasión, he agitado mi mano a la vez que le decía "Adios". (Ahora, mientras lo estoy escribiendo, me estoy dando más cuenta aún, de lo absurdo de la situación.)

La niña, ha sacado su manita, en la que tanto su dedo índice como el meñique permanecían erectos, y agitando su mano, respondía así a mi despedida.

Sin asimilar del todo lo que estaba viendo, me he quedado unos instantes sin reaccionar: Coño! que me saca los cuernos la criaturita. Ni que fuera la niña de los infiernos!
Hay que joderse! Le va a volver a hacer carantoñas a un niño.... su madre y su padre, que para eso han estado empleando su tiempo en procrearla!

Y.. con este sabor de boca extraño, os deseo un estupendo fin de semana!!