En la cocina.

Mirando en la blogsphera, me he encontrado una receta de cocina que bien merece la pena intentar si os gusta el queso, especialmente el queso camembert.

Os soy sincera: No se cocinar, aunque de cuando en cuando, me atavío con las ropas de entrar en acción, entro en la cocina con el cucharón en la mano y me preparo a imponer respeto a las ollas, sartenas, cazos y cacerolas.

Esmero... pongo todo el que tengo, sobre todo cuando se trata de cocinar para varios. Cocinar para uno mismo, me parece simplemente subsistencia, pero cocinar para alguien... eso si es cocinar.

Tratar de volcar todo el amor que puedas en la receta que te ocupa. Encontrar el ingrediente sorpresa, que te lleve a ser recordado por lo suculento del plato... Esas cosas.

Pero de vuelta a la realidad, cuando sigo con suma atención las indicaciones del libro de cocina, que a día de hoy unicamente tiene la misión de almacenar polvo en mi estantería, me doy cuenta que, no doy la talla cuando en el primer paso, consistente en picar una cebolla, ya me encuentro llorando como una "madalena" con las gafas de sol puestas, presuponiendo que así los vapores que pueda exhalarno lleguen tan facilmente hasta mis ojos...