
Soy un Peter Pan encadenado por los lazos del tiempo y los recuerdos que me hicieron feliz. Un Peter Pan anclado en el pasado y estancado en el ir y venir de los días que van pasando. Un Peter Pan varado en cualquier lago del país de Nunca Jamás.
Las cosas, la gente, las calles, evolucionan, crecen, cambian a mi alrededor. Desde las cuatro paredes de mi mundo, apenas existe percepción de cambio alguno, y su torre de vigía, no está orientada en una dirección susceptible de movimiento externo.
Soy un Peter Pan que cada noche vuela a buscar sus sueños, y cada madrugada regresa de nuevo a su hogar, con la esperanza de que mañana pueda volver a ser un día como hoy.
No hay mañana sino una consecución de hoys en mi vida. El tiempo se quedó suspendido en la memoria, recorriendo una y otra vez esa abscisa negativa, esas coordenadas imposibles solo subyacentes en mi mundo imaginario.
Soy un Peter Pan del siglo XXI, conectado al mundo real por un terminal de adsl, y que se desconecta, cuando la pantalla deja de emitir su luz.