De un tiempo a esta parte, las bodas cada vez se parecen más a una fiesta de disfraces.
No se quien introdujo esta nueva moda, pero no hay como ir de boda o pasarse por una boda, para ver una cantidad exorbitante de disfraces de gallinas, pavos reales, urogallos, perdices... todo en función de la pluma que se tenga.. e incluso algún payaso o payasa, si se hace la distinción en función de la cantidad de maquillaje que se lleve.
Antes, y con esto no quiero decir que cualquier tiempo pasado haya sido mejor, pero es cierto que antes, íbamos de boda con.. lo que conocíamos por el "traje del domingo", pero ahora... ir.. vulgarmente de domingo, resulta algo así como colocar una manzana en una cesta de fruta tropical. Una incoherencia!
Hay que buscar el traje más despampanante, o descampanante (es decir, que más suene o más comentarios levante), el peinado más difícil de llevar, los tacones más finos, ó incluso el abanico más glamoroso que se pueda hacer uso dentro de la capilla. Por poner un ejemplo cualquiera.
Yo creo que el negocio de las bodas ha traspasado fronteras.
Empezando porque los novios ya no se casan por amor, sino por negocio.
Siguiendo porque las bodas cada vez se parecen más a cenas de trabajo, donde ya no se grita el "Vivan los novios", o se hacen tonterías para animar el cotarro, sino que uno se limita a observar y probar el menú minimalista.
Ah! Hablando de menús minimalistas.. Porque... eso es otra cosa.
Se ha pasado de los menús copiosos en los que a duras penas podías levantarte de lo que pesaba el estómago, al menú minimalista, donde estás deseando llegar a casa para poder tomar un cola-cao con galletas...
Se ha abandonado el hecho en sí de lo que implica una boda y casarse, lo que significa y lo que involucra.
Bueno, ya sabeis... hasta que la muerte nos separe.
2 comentarios:
Joder que razon tienes !! Hala a invitar a 300 que asi haremos mas beneficio ..
Y respecto a los menus minimalistas, en la ultima boda tengo una foto en la que el solomillo me cabia en la boca..
Saludos ..
A mi me hace gracia, que todos nos quejemos por ir de boda, y al final nosotros mismos (no en todos los casos), sigamos con el ritual...
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