- Tengo algo que contarte. Es un secreto, que no puedes contar a nadie. - Mientras lo decía, iba bajando el tono de su voz, hasta que la conversación terminó siendo un susurro.
- Creo que eres tú, la única persona con la que siento la necesidad de abrir mi corazón y mostrarme tal cual soy. Quiero agradecer este tiempo en el que has sido los oídos a todas mis palabras, y los abrazos a todas mis súplicas. Es por ello que tengo un regalo que hacerte. Estoy seguro que harás un buen uso de lo que te entregaré: Te regalo mi mundo, resguardado en esta canica.Te regalo mi mar, escondido en esta caracola. -
Y con estas palabras se esfumó, desapareciendo de la vista. Solo los ojos de quien puede ver, observaron que la cánica cambiaba de color...
4 comentarios:
Aun dentro de una canica, pueden caber una infinidad de mundos, pues cada uno de nosotros, tenemos el nuestro propio y a pesar de todo, apenas ocupa espacio...
Es un regalo de esos que hay que valorar y cuidar como se merece.
Besos desde mi mundo.
Tremendos regalos...
La canica fabulosa, y la caracola???
Espero que la persona a la que van dirigidos sepa cuidarlos con mucho amor... (yo no sabría)
Besos cruzando provincias...
Lindisimo!
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