Cuando me levanto, me desdoblo en dos yos.
Uno, el alegre, ilusionado, activo, deambula por el paraiso de la imaginación, buscando formas y modos de salir de la monotonía que le envuelve.
El otro, cabizbajo y sin motivación alguna, se va a trabajar, y permanece como ausente durante el tiempo que dura la jornada laboral.
El primero, encuentra praderas verdes con amapolas, observa el cielo, corretea por caminos y sendas, todo para cubrir una verdad que solo es a medias.
El segundo, viaja por el interior de su yo. Recorre las venas y las arterias. Toma el pulso a su corazón, y sabe como nadie calmar sus lágrimas.
El primero, se encuentra libre.
El segundo, sufre una condena dictada en un juicio que nunca tuvo lugar.
El primero, agita sus alas al viento, siente el aire sobre su faz y rie con la inocencia de un niño.
Al segundo, le cortaron las alas.
Así pasan todo el día, cada uno en su mundo, cada uno en su esfera, esperando que llegue la noche y la oscuridad les una en un mismo sueño, para volver a comenzar su periplo el día posterior.
5 comentarios:
Es que todos somos muy complejos seguro que hay algún otro yo por allí escondido que le cuesta salir a la luz.
Me identifico con algunas de tus palabras.
Es como tu post de hace un par de días de las dudas.
Supongo que es algo inherente al ser humano: dudar, desdoblarse en dos en el mejor de los casos (o en media docena, en el peor)... reencontrarse.
Así somos, sí!!!!!!
Feliz desdoblamiento.
Pez: Seguro! El yo vampiro que no puede ver la luz y vive de noche..
Lunarroja: Vaya! Me apena pensar que puedas estar pasando por una etapa como la ahora estoy pasando yo. Espero que podamos coincidir cuando sean laa alegrías y las risas el único motivo y razón de nuestros posts.
Saludos!
Sueños y realidades...
dos caras opuestas condenadas a no encontrarse, pero que forman parte obligada de la misma moneda...
opino igual... ¡asi somos y en eso nos ha convertido este mundo! en unos automatas a medias..
saludos
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